DESARROLLO VS DESARROLLO

Es más que sabido que sin conservación no hay verdadero desarrollo, por tanto ya no está en discusión la necesidad imperiosa de conservar los recursos para garantizar la sostenibilidad del progreso.

Sin embargo, en la búsqueda de alternativas que mantengan las exigencias de confort y modernidad que nuestra vida exige, seguimos dando respuestas a una demanda de crecimiento indefinido con recursos naturales finitos.

Ser conscientes de esta realidad, nos obliga a aplicar los cambios necesarios para sustentar un nuevo modelo que obedezca a las necesidades ambientales y sociales actuales y no del pasado siglo XX

ACTIVIDADES Y PROYECTOS - PANAMA SOSTENIBLE










miércoles, 4 de mayo de 2011

DESDE EL AZUL




Creo que hay pocos paisajes más impresionantes que el cielo visto desde el mismo cielo.  Sientes que flotas y no hay obstáculos que impidan disfrutar de la belleza de la creación.  Luego se rompe el encanto...Te vas acercando a tierra y ves: ríos de lodo- en vez de agua- quemas, talas que siguen entrando bosque adentro, pérdida de manglares -reservorio de vida y barreras contra inundaciones-, en resumen contemplas desde el cielo, la destrucción de nuestra casa.  Desde allá arriba, no se ven los negocios de bienes raíces o los slogan de nuevas infraestructuras que nos hacen decir "vamos bien".  Desde el azul, solo se contempla una enorme masa verde- terracota con hermosas interrupciones azul marino; sí, nuestra casa.

Nos han mareado tanto con el cuento del desarrollo, al punto de que uno de los índices que lo miden es el consumo energético:  "A mayor consumo energético mayor es el nivel de desarrollo de una sociedad".  ¿Cómo se puede entender el desarrollo si se da un proceso salvaje que acapara y agota todo lo que la naturaleza nos brinda para un bienestar razonable?



Panamá, con la oportunidad que tiene de ser modelo de sostenibilidad, punto focal de biodiversidad, "hub" de tecnologías verdes, centro mundial de investigaciones científicas y aprovechamiento de recursos naturales sostenibles, avanza con pasos acelerados hacia el anularse, no solo de éstas riquezas, sino de su población.

Se habla insistentemente del fenómeno de la niña, que ya está golpeando fuertemente a nuestros vecinos colombianos y Panamá no puede pensar que escapará de situación similar; solo recordemos el pasado diciembre; es cuestión de tiempo.

Ante tal escenario, como prepara Panamá a su población, sus suelos, sus zonas vulnerables?.......silencio... De lo único que se habla es de más construcciones, rellenos en el mar, torre financiera, carretera que rodea el patrimonio, en medio de la danza de los millones.

Y nosotros que hacemos?  Nos quejamos en cafés, mientras vemos las noticias y cuando mucho llamamos a una radio para criticar al gobierno en uno de los muchos programas de opinión.  

Yo creo que es hora de ser no solo más proactivos, cuanto más agresivos en el cuestionar, pero también en el proponer, en el exigir rendición de cuentas, pero también en el informarnos, en el actuar como consumidores y compradores de propiedades, por ejemplo, que están atentando contra la seguridad de una población.

Si no entendemos que el modelo -ya no lo llamemos desarrollo- de crecimiento que llevamos está trasnochado y desfasado, nunca actuaremos en consecuencia a la nueva realidad de extrema vulnerabilidad ambiental que vivimos hoy.  ¿O será que tiene que ocurrir una catástrofe de proporciones descomunales para que cambiemos el rumbo?  No creo que Panamá la resistiría, solo somos 3 millones de habitantes en un país de 75 mil km2 y nos vemos como un puntito en el agua, desde el Azul.