Nadie dijo que defender lo que uno ama era fácil, mucho menos que amar lo que se defiende lo era. Lo cierto es que amar y defender es una unión indisoluble que no te deja opción para la pausa, o para el decir no puedo. Esa pasión que te mueve, da la fuerza ante el ataque y el impulso ante la debilidad.
Cuando nos mueve la pasión por lo auténtico, es una fuerza poderosa, que trasciende las críticas, los obstáculos, las amenazas y los miedos. Esa fuerza vale más que el dinero, que los cargos políticos, que el "status" y el vil chantaje.
Ese es el secreto detrás de la acción, esa es la oscuridad detrás de lo que brilla, esa es la base del actuar. Esto no lo puede entender todo el mundo, porque aquellos que se mueven por los hilos del chantaje, la difamación y el enriquecimiento a costa de lo que sea, no pueden entender que existan "intereses oscuros" que generen luz, causas y acciones; Intereses reales que motiven la actuación personal y contagie a otros. Y si esos que los mueve el genuino interés por lo que expresan, son de culturas que se perciben como inferiores, concebir que actúen con mente y corazón propio, es aún más absurdo para la pobre gente esclavizada por el poder, el tener y el querer aún más.
Son tiempos difíciles, de confusión, absurdo y contradicción. Nos ponen a prueba el valor que se antepone al miedo, la fortaleza que surge sobre la debilidad y el desinterés que nos hace libres de algunas cosas para hacernos poseedores de todo. Son tiempos que nos forjan el alma, mente y cuerpo.
Son tiempos que nos harán mejores y harán brotar la luz desde lo más profundo de la oscuridad.
