DESARROLLO VS DESARROLLO

Es más que sabido que sin conservación no hay verdadero desarrollo, por tanto ya no está en discusión la necesidad imperiosa de conservar los recursos para garantizar la sostenibilidad del progreso.

Sin embargo, en la búsqueda de alternativas que mantengan las exigencias de confort y modernidad que nuestra vida exige, seguimos dando respuestas a una demanda de crecimiento indefinido con recursos naturales finitos.

Ser conscientes de esta realidad, nos obliga a aplicar los cambios necesarios para sustentar un nuevo modelo que obedezca a las necesidades ambientales y sociales actuales y no del pasado siglo XX

ACTIVIDADES Y PROYECTOS - PANAMA SOSTENIBLE










jueves, 23 de diciembre de 2010

¿Y NUESTRO REGALO PARA EL PLANETA?


Foto vía www.energy-wise-homes.com

foto:  http://ecojovenes.wordpress.com/


Es precisamente para las fiestas de fin de año, cuando el tonelaje de basura que generamos los ciudadanos, se incrementa exponencialmente.  Una de las razones: las envolturas de regalos.  Si pensamos un poco, pasamos gran cantidad de tiempo haciendo largas filas para que nos envuelvan los obsequios, que luego sus destinatarios abrirán en cuestión de segundos.  Paso seguido, esa hermosa envoltura -que requirió de árboles y procesos químicos- se convierte en basura que incrementa el problema en el vertedero municipal.

"Es que el regalo no tiene gracia si no es envuelto"...cierto, la envoltura dice mucho.  Pero estoy convencida que existen muchas otras formas de ser creativos, mostrar nuestro cariño y disminuir el impacto.  Las secciones de las caricaturas de los periódicos coloreados (los niños se divierten mucho pintando) son envolturas creativas y estamos reutilizando.  Las bolsitas de regalo, se convierten en la envoltura no solo del regalo que damos, sino en un vehículo de muchos obsequios más, porque se reutilizan.  A veces compramos obsequios que ya vienen en cajas lindas, un hermoso lazo que decore le da el toque perfecto, sin necesitar de más papel.  Si a los niños les enseñamos de esta forma, esteremos levantando toda una generación, que se reirá de nuestra obsoleta y contaminante costumbre de la envoltura de regalo tradicional.

En estos días de compras, las bolsas plásticas son las reinas.  Todos los negocios se afanan porque no salgas de ahí sin la bolsa -plástica- correspondiente.  No tenemos la cultura de la bolsa reutilizable y cuando algún o alguna valiente se atreve a presentarse con una, es mal vista, rechazada y en el mejor de los casos, -si nos ponemos inisistentes- escoltada con un seguridad hasta la salida.  En muchos países del mundo está prohibido usar bolsas plásticas, en otros, tienes que pagar por ella; en cambio en Panamá, pagamos por las reutilizables y hasta se nos impide usarlas.

Debemos convertirnos en consumidores conscientes y exigentes.  "Si no me permiten utilizar mi bolsa, no compro en este lugar"  Solo en esta medida los comercios entenderán que es una obligación con el cliente, ser ambientalmente responsables y tal vez algún día, nuestros diputados entiendan que se debe crear la legislación y hacer estas medidas vinculantes.

Nuestra comida! Las cenas de navidad y año nuevo,  en donde la mitad del menú es de productos importados, tienen una  la huella de carbono  más altas del año, por las costumbres adoptadas.  Qué tal una comida más adaptada a lo nuestro, como ocurre en otros países?   Haciendo así seguimos comiendo rico pero con un menor impacto ambiental.

El fin de año en general se convierte en un período de excesos, derroche y consumo.  Es bueno saber que tenemos la vida para celebrar y los recursos para hacerlo; pero el planeta, las condiciones ambientales que atravesamos, también nos hacen pensar que tenemos una responsabilidad de ser más moderados.  En la medida que equilibramos nuestro consumo, somos responsable con la única casa que tenemos:  NUESTRO PLANETA

FELICES FIESTAS Y EL MEJOR DE LOS DESEOS PARA EL 2011!

martes, 21 de diciembre de 2010

EL LEGADO DE UN GRAN ACTIVISTA: "HASTA EL FINAL"

No recuerdo en cual de las cruzadas en defensa del ambiente conocí a Raúl Escofery.  Un hombre de aspecto maduro, sereno en sus expresiones, pero de una fuerza y espíritu que cualquier joven veinteañero envidiaría.

Siempre estaba presente cuando se trataba de defender los recursos de nuestro país; siempre bajo perfil, (a tal punto que ni siquiera aparece una foto suya en el ciberespacio) pero era especialmente reconocido por su causa, casi quijotesca, de evitar que continúe el paso con desechos radioactivos por el Canal de Panamá.  Hace poco lo encontré y luego de darle un gran abrazo, me dice contento:  Raisa, acabo de presentar por séptima vez el anteproyecto de ley en la Asamblea Nacional, para lo del tránsito de desechos radioactivos.  Le pregunté: Raúl, pero hasta cuando vas a insistir, si ningún diputado hace caso, a lo que me responde:  hasta el final.

Así lo hizo Raúl, desde hace 15 años no cesó ni un solo día, de esgrimir argumentos legales, científicos, técnicos, convenios y fallos internacionales que indican que Panamá está arriesgando no solo a la población nacional, cuanto la de la región, ya que de darse un solo incidente con una de estas "pequeñas" embarcaciones, el impacto para las personas en América Central y el Caribe, podría ser de dimensiones catastróficas.

Solo pensemos en una potencial coincidencia, como el fenómeno natural intenso que vivimos -que obligó a suspender el tránsito por el canal- conjugado con el paso de una de estas naves con carga mortal... Esperemos que esto no llegue a ser más que un pésimo juego mental; pero definitivamente no tenemos ninguna garantía de evitar lo inevitable cuando este tipo de incidentes se dan.

Lo triste es que ponemos en riesgo nuestra seguridad por un tránsito que ni siquiera nos representa un buen negocio, solo nos da el orgullo que alimenta nuestra soberbia: "Estamos abiertos al tránsito del mundo y tenemos todo bajo control"  "El Canal lo manejamos mejor que los norteamericanos"... y así cuantas frases, que sin dejar de tener mucho de verdad, ésta palidece ante el riesgo inconmensurable al que nos vemos sometidos con cada uno de estos tránsitos.

Hoy Raúl no está, murió intempestivamente, como vivió.  Te rendimos tributo por tu perseverancia, mesura, dedicación. Gracias por ser un maestro, mentor, amigo y aliado.

Tu causa, es nuestra! Nuestra causa es Panamá a la que debemos proteger, desarrollar y promover, pero sin someter sus recursos más valiosos, pero sobre todo la vida humana, ni a la prepotencia sin sentido, ni a la avaricia cortoplacista, ni al pseudo progreso que socializa las pérdidas y privatiza las ganancias.

Gracias Raúl, tu legado hoy es nuestro!

sábado, 11 de diciembre de 2010

LAMENTARNOS NO BASTA

Estos días hemos visto consternados, a través de los medios de comunicación, como las inundaciones están afectando, no solo nuestro país, sino a muchos hermanos de la región.  Cabe una reflexión:  No hay forma humana de frenar la fuerza y e impacto de los fenómenos naturales, pero sí tenemos la capacidad de incidir en sus causas y mitigar sus efectos.

Hemos visto la inversión millonaria en dinero y recursos humanos que las autoridades deben aportar cuando se dan estos eventos.  Las pérdidas económicas son cuantiosas y en vidas humanas, impagables.  Sin embargo, una vez pasan los efectos directos volvemos a las prácticas tradicionales de improvisación, ausencia de planificación, agresión a la naturaleza y aún así pretendemos que sea benévola con nosotros cuando reclama su espacio.

El cambio climático y sus efectos, son una realidad innegable; no podemos combatirlo, solo mitigarlo, minimizar sus efectos y adaptarnos.  Para esto tenemos que construir visiones locales, sectoriales, regionales y globales, las cuales deben ser coherentes con la nueva realidad que impone las condiciones ambientales del planeta hoy.   Los seres humanos hemos puesto una cuota altísima en las variaciones climáticas que estamos atravesando, no podemos seguir eludiendo nuestra responsabilidad individual y colectiva de hacer algo.

Los estudios existen, las proyecciones de las afectaciones están establecidas; al menos podemos someterlas a discusión y análisis más profundo.  Lo que no podemos permitirnos es ignorarlas y no hacer nada hoy hacia el futuro.  Solo el pensar que la responsabilidad será de los que vendrán es un acto de "lesa umanitá" hoy para con nuestros hijos mañana.  Es responsabilidad de todos actuar, no le pidamos cuenta a Dios de porqué lo permitió, no hacemos nada quejándonos de lo que no hicieron lo que estuvieron antes que nosotros, revisemos cada una de nuestras acciones y actuemos en correspondencia de las repuestas que encontramos.  Exijamos firmemente a nuestros gobiernos que adecuen o más bien, creen planes y políticas en donde lo ambiental sea el eje transversal que rija el verdadero desarrollo de nuestro país, de nuestro planeta.

(Documento de importante referencia, generado por el Centro del Agua para el Trópico Húmedo de Latinoamérica y el Caribe -CATHALAC-)

POTENCIALES IMPACTOS DE CAMBIO CLIMÁTICO EN LA BIODIVERISDAD

DEVASTACIÓN DE MANGLARES Y HUMEDALES EN JUAN DÍAZ, PANAMÁ

lunes, 6 de diciembre de 2010

¿QUÉ APORTAMOS LOS HUMANOS A LA CADENA ECOLÓGICA?



Existen estudios que demuestran que si las cucarachas desaparecieran, colapsaría la cadena ecológica que sostiene la vida sobre la Tierra, pero si desaparece el ser humano, el planeta recobraría su equilibrio natural. ¿Exagerado? Pues no, cada forma de vida de este planeta, es parte de una cadena que cierra un círculo perfecto de interdependencia en donde inclusive los desechos de una especie pueden ser la materia prima de otra. Los únicos que no aportan a la sostenibilidad de esta cadena, somos precisamente la especie más inteligente de todas. De hecho, somos la única especie que genera desperdicio y no lo reutiliza o no pueden ser asimilados por la naturaleza, eso sin mencionar la larga lista de contaminantes que emitimos a la atmósfera y a los océanos.

¡Qué ironía! Este mundo hermoso, que según la concepción judeo-cristiana fue hecho para nuestro disfrute, resulta que estaría mejor sin nosotros, los seres humanos, los mayores responsables de nuestra propia destrucción. No hay que llevar la discusión al punto apocalíptico para que el día a día valide esta afirmación. Cada día playas colmadas de todo tipo de desechos, como si ya no se hubiese dicho hasta la saciedad las implicaciones que éstos tienen en la vida marina; cada día en las ciudades y en los poblados los transeúntes y peatones, cual autómatas tiran sus desperdicios -sin el más mínimo repudio- en aceras y calles; y ni hablar de las tradicionales quemas de basura en nuestras áreas rurales, vergonzosa escena cotidiana que forma parte de nuestra in-cultura ambiental.
No describo nada nuevo, es normal y por ende la pregunta obligada: ¿cuál es el escándalo? Tal vez mientras pensemos que la basura en el mar solo afecta a los peces, o que la quema solo espanta a algún conejo pintao que vive en el monte, o que la basura en la calle le da trabajo a los “Hormiguitas”, seguiremos viviendo en este círculo vicioso cuya víctima principal es su propio victimario: el ser humano.
La buena noticia es que salir de este círculo es sencillo, pero depende de que miremos el mundo más allá de la visión retorcida de la Creación y el ser humano que sólo se sirve de ella. Ciertamente el Homo sapiens es el ser más inteligente de la naturaleza y por ende el que debe asumir una mayor responsabilidad. No puede servirse de lo creado indiscriminadamente dejando su huella de destrucción. La inteligencia la debemos aplicar a encontrar las formulas de disminuir nuestros desechos, reducir nuestro impacto negativo sobre la naturaleza, satisfacer nuestras necesidades, procurando restaurar el daño que hemos realizado en nuestro entorno por generaciones. El Homo sapiens del siglo XXI tiene una responsabilidad mayor: la de cargar y reparar los errores de las generaciones que nos antecedieron, y recuperar el hábitat que hemos destruido para las generaciones que vendrán. No se trata de que desaparezca la raza humana para que el mundo vuelva a ser hermoso, -¿para quién entonces?-sino de adecuarnos a los tiempos y mejorar el entorno que nos hemos encargado de destruir magistralmente. Ahora nos toca retar nuestra fuerza creativa para ser verdaderos administradores de una Creación única y maravillosa: el Planeta Tierra

jueves, 2 de diciembre de 2010

¿Qué Panamá tú Quieres?


EL PANAMÁ QUE YO QUIERO
Artistas apoyan a Panamá

Es un proyecto de muchos para todos, 20 artistas nacionales - entre músicos y cantantes- se han sumado a cantar las bellezas naturales y culturales de nuestro Panamá.
¿Qué nos motiva?
El volver a enamorarnos de Panamá, reconocer lo que nos enorgullece, para desechar lo que nos frena.
¿Para qué?
Para que cada panameño se sume en la identificación con sus riquezas, las proteja y las defienda.  Para que promovamos nuestra identidad no solo fuera de las fronteras, sino dentro de ellas.
¿Qué estamos haciendo?
La canción se está presentando en los diversos medios de comunicación:  TV, radio, prensa escrita, para contarle a nuestra gente como artistas de diversos géneros, se suman a un proyecto que exalta nuestra panameñicidad
¿Qué sigue?
Un súper video!  Un recorrido en imágenes a lo largo y ancho del país, en donde cantantes y músicos se mezclarán con nuestra gente  y en nuestros escenarios naturales, para que más allá de las palabras cantadas, sea nuestros propios paisajes que expresen su riqueza.
¿Quien gana?
Todos! porque este es el primer paso de muchos proyectos concretos que se derivarán de la intención de rescatar nuestra identidad.
Este es el Panamá que yo Quiero!  y tu?

Promueve:
Fundación Panamá Sostenible




sábado, 27 de noviembre de 2010

Lanzamiento de Campaña: EL PANAMÁ QUE YO QUIERO


Los panameños enfrentamos un gran reto:  Recuperar nuestra identidad, retomar el orgullo de lo que somos y tenemos.  Nuestra riqueza natural y cultural está siendo ignorada por presiones internas y externas; sin embargo, en la medida que las identifiquemos y las hagamos propias, las amaremos y defenderemos.

EL PANAMÁ QUE YO QUIERO
Canción grabada por más de 20 artistas nacionales, entre músicos y cantantes que ponen su granito de arena para contribuir a engrandecer el orgullo de ser panameños.

jueves, 25 de noviembre de 2010

RECUPEREMOS NUESTRA IDENTIDAD


Panamá abundancia de especies, agua, naturaleza majestuosa; mezcla de razas, culturas diversas, historia única. Somos mucho  más que 107 años de República.

A pesar de esta riqueza, los panameños actuamos como si no existiera o al contrario, como si la tuviéramos infinitamente e inagotable, más allá del mal uso que le damos. 

Por otra parte, desde la reversión del Canal de Panamá y la antigua zona, los panameños perdimos el norte de nación, la brújula que dirigía nuestros objetivo en común y poco a poco vamos perdiendo la identidad.

EL PANAMÁ QUE YO QUIERO,  no es más que una intención de devolverle el enamoramiento al panameño por lo bello, lo nuestro, nuestra riqueza -cultural y ambiental- que aunque aún es abundante, es vulnerable y está en peligro si no nos concientizamos y hacemos algo.

Definitivamente solo defendemos, lo que conocemos y amamos.  EL PANAMÁ QUE YO QUIERO, busca que nos enamoremos de nuestro Panamá.

Es un proyecto de la Organización Panamá Sostenible, cuya etapa inicial es una canción que expone estás bellezas y de nuestro amor por Panamá.  Esta producciòn involucra alrededor de 20 artistas panameños entre músicos y cantantes; es una fusión de ritmos y estilos, justamente como y quienes somos.  Además se producirá un video con los artistas que recorrerá diversos puntos del país, para interactuar con nuestra naturaleza y esa gente bella que se encuentra en cada rinconcito de nuestro istmo.


EL PANAMÁ QUE YO QUIERO</span><span>, pretende ser una campaña para crear conciencia, motivar a la gente para reconocer lo positivo e involucrarla a participar en acciones en pro de las riquezas de nuestro país. Es por esto que la canción es el inicio de una serie de iniciativas que en conjunto motivarán mejores cosas para Panamá.

PROYECTOS:
EDUCACIÓN: 
Se desarrollará un proyecto de educación ambiental-cultural, que consistirá en que los niños a través de un libro de cuentos y de pintar, construyan EL PANAMÁ QUE YO QUIERO, en dónde se promueven nuestras riquezas naturales, culturales, nuestra historia y nuestra diversidad. Este......será un modelo que se promoverá en las escuelas tanto particulares como oficiales.

DESARROLLO SOSTENIBLE:
En conjunto con organizaciones, comunidades y empresas, se promoverán iniciativas que desarrollan comunidades, particularmente de áreas rurales, que promueven el uso sostenible de los recursos naturales, la puesta en valor de la cultura y el fortalecimiento comunitaro.

PENSANDO MÁS ALLÁ:
La puesta en valor de nuestra identidad, a través de la promoción de estos valores entre la juventud, la infancia y la población en general.

Los artistas que participan:  Tony Cheng, Irma T, Pulette Thomas, Manuel Escala, El Kid, Priscila Moreno, Yamilka Pitre, Danny Ricardo, Jeannifer Martin, Massiel Pinzón, Bethy García, El Original, Robamorena, Cienfue  (guitarra y voz) .  Entre los músicos participantes:  Colaquito Cortéz, Joaquín Lezcano, Milagros Blades,la Banda Kanabiz, Alfredo Hidrovo.... y aún se siguen sumando! Los arreglos y producción, los realiza Roberto "kanabiz" Rodríguez en un esfuerzo hermoso  de fundir en una canción la gran diversidad de talento nacional.

EL PANAMÁ QUE YO QUIERO nació para quedarse, es un proyecto de muchos para todos.  Ojalá tú también lo sientas propio y lo apoyes.

TE QUIERO PANAMÁ!
Descarga la canción! DESCARGA EL PANAMÁ QUE YO QUIERO.mp3






La mejor expresión de amor por nuestro país es la defensa de nuestra naturaleza y nuestra gente

DESARROLLO SOSTENIBLE, MUCHO MÁS QUE UN DISCURSO

Nuestro mundo globalizado, va más allá de las políticas de libre mercado, y la industrialización de nuestras economías. También enfrenta el reto del cambio climático producido por el calentamiento global, cuyo acelerador principal ha sido nuestro modelo de desarrollo contaminante y en extremo consumista. Ya no se tratan de cuentos apocalípticos o de exageraciones al mejor estilo de Hollywood; es una realidad que nos alcanzó y que todavía seguimos discutiendo como poder afrontarla, mientras algunos pierden más tiempo tratando de negarla.
Lo cierto es que, los así llamados, fenómenos naturales como los ciclones y tsunamis que han arrasado con gran cantidad de vidas humanas en el sudeste asiático, el Caribe y sur de los Estados Unidos, cada vez más trascienden la definición de fenómeno, para convertirse en una realidad globalizada y cada día, de mayor intensidad y presencia.
De frente a esta endemia climatológica ¿qué hacemos?
La ciencia y la técnica se conjugan en la búsqueda de adaptación a una realidad que ya no podemos revertir. La humanidad no tiene otra alternativa que adaptarse al cambio y mitigar el impacto de su modelo de consumo y de construir ciudades. Es por ello, que ejemplos negativos como lo sucedido en Nueva Orleans luego del huracán Katrina, están sirviendo para crear modelos de construcción más adaptables, con mayor conservación y respeto a las áreas costeras de humedales y manglares y de un uso más eficiente de la tierra articulando más estrechamente las actividades de un conglomerado urbano para dejar así más espacios verdes, mismos que se traducen en mejor y mayor absorción del suelo, más espacios públicos, protección de las barreras naturales ante los desastres naturales y mayor calidad de vida para las personas.
Insistir en el desconocimiento de la importancia que los manglares y áreas de humedales juegan en el proceso de desarrollo y la seguridad humana, es uno de los actos de mayor ignorancia de los tiempos modernos. Cada m2 de humedal que se rellena, equivale exponencialmente a la pérdida en la capacidad de absorción de agua, que es precisamente una de las principales funciones de los humedales, que han protegido la vida de las personas a lo largo de la historia. Eso sin mencionar que las viviendas emplazadas sobre rellenos, sentirán con mayor intensidad los terremotos y por ende estos serán más destructivos, precisamente por la inestabilidad del suelo fangoso.
Los asentamientos humanos establecidos en zonas de humedales son mucho más vulnerables a las acciones climáticas naturales y están expuestos a desaparecer, lo estamos viviendo ya.
Un paso hacia el futuro y concreto es empezar a visualizar la conservación de las áreas de humedales y manglares como instrumento vital para el desarrollo. Seguir señalándolas como áreas baratas para construir y con potencial para urbanizar, es ignorar lo que la ciencia y el conocimiento están aportando en materia de sostenibilidad.
Construir el futuro de nuestras ciudades con respeto a los recursos naturales, es vital en un modelo de desarrollo moderno y acorde con la realidad que el cambio climático nos impone hoy.

Raisa Banfield
Fundación Panamá Sostenible