DESARROLLO VS DESARROLLO

Es más que sabido que sin conservación no hay verdadero desarrollo, por tanto ya no está en discusión la necesidad imperiosa de conservar los recursos para garantizar la sostenibilidad del progreso.

Sin embargo, en la búsqueda de alternativas que mantengan las exigencias de confort y modernidad que nuestra vida exige, seguimos dando respuestas a una demanda de crecimiento indefinido con recursos naturales finitos.

Ser conscientes de esta realidad, nos obliga a aplicar los cambios necesarios para sustentar un nuevo modelo que obedezca a las necesidades ambientales y sociales actuales y no del pasado siglo XX

ACTIVIDADES Y PROYECTOS - PANAMA SOSTENIBLE










martes, 11 de enero de 2011

LAS BUENAS NOTICIAS, NO SON NOTICIAS

¿Qué fue del caso de Camino de Cruces?

Hace ya una década y coincidiendo con la entrada de nacionales panameños a la antigua base de Clayton, se inicia la defensa de los bosques, que hasta entonces se pensaban, estuvieran bien protegidos, dentro del Parque -creado por ley- Camino de Cruces (PNCC). La realidad era otra, en un rejuego de errores consistentes a lo largo de la creación de las diversas leyes y sus modificaciones, habían quedado fuera de los límites, cientos de hectáreas boscosas de rica biodiversidad y que eran la fascinación de propios y extraños, pero estaban bajo la amenaza de los proyectos de moda al principio de la primera década del siglo XXI, las así llamadas “urbanizaciones ecológicas”.

Un movimiento de vecinos, creyentes en el estado de derecho, hacen las primeras advertencias sobre la afectación que sufre el PNCC y la violación al mandato legal -según la Ley 21 de 1997- de incorporar los bosques de la antigua base de Clayton a los límites del PNCC. Sin embargo, las advertencias cayeron en saco roto, pero eso no detuvo a un moviemiento de ciudadanos que con argumentos y cada vez más apoyo de los medios de comunicación, informaron a nivel nacional e internacional de la importancia de estos bosques y la amenaza creciente sobre ellos. Acciones de protesta, denuncias y demandas legales, fueron el quehacer cotidiano de gente “ordinaria” pero extraordinariamente convencida de la defensa de estos bosques.

Los procesos legales, tuvieron sus altas y bajas, pero el proceso ha sido una oportunidad para todos de conocer y entender más y mejor, nuestra riqueza natural y la importancia que ésta tiene para todos los habitantes de este país y el mundo.

Luego de mucha tensión, la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) bajo la administración de la Dra. Ligia Castro, nos convoca -a ciudadanos y activistas- a una mesa de trabajo con funcionarios de la ANAM, para revisar los vacíos y problemas de la ley y hacer una propuesta de incorporación de los bosques que habían quedado sin protección. Este proceso avanza pero se estanca con el cambio de gobierno en el 2009; sin embargo, el personal técnico tanto de la ANAM como del Ministerio de Economía y finanzas (MEF) mantiene la continuidad del trabajo y las nuevas autoridades de ambas instituciones, avalan lo acordado. Concluyendo el proceso en una propuesta que se presenta el pasado 6 de enero de 2011 con la incorporación de apróximadamente 530 hectáreas de bosques a los límites del PNCC, quedando con un área total de 4,981.80m2, la mayor desde su creación.

Como nada es perfecto en esta vida, los lotes boscosos más conflictivos y precisamente, por haber pasado por procesos de ventas y titulación, no quedaron dentro de la nueva propuesta. El famoso CL35 (vendido para desarrollo residencial), las 15 hectáreas que la Asamblea Nacional pretendía vender para obtener los fondos del nuevo palacio legislativo y los bosques que aún están bajo responsabilidad del Ministerio Público, La Corte Suprema de Justicia y del MIDA, siguen fuera del PNCC; sin embargo, con voluntad política, interés e iniciativa, puede reivindicarse un parque nacional tremendamente afectado por la construcción del corredor norte, proyectos urbanísticos, asfaltera y que es patrimonio de todos los panameños y “devolver a la selva lo que a la selva pertenece”.

La buena noticia es que queda demostrado que la participación ciudadana responsable y fiscalizadora de leyes y procesos, la separación de intereses políticos, la continuidad y predominancia del análisis técnico, aporta propuestas a favor de las mayorías, enriquece la gestión y sienta las bases del verdadero desarrollo sostenible. Hoy, 10 años después de iniciado un movimiento ciudadano, la perseverancia y defensa de nuestros recursos quedan compensados con un pequeño logro. Que éste sea el ejemplo de que sí se puede cuando se quiere y que en el futuro eventos como éste, sean el inicio de procesos y no el final de litigios.

PD: Esperemos que la Asamblea Nacional secunde el esfuerzo concensuado y la reivindique al PNCC aprobando la ley que amplía sus límites.