DESARROLLO VS DESARROLLO

Es más que sabido que sin conservación no hay verdadero desarrollo, por tanto ya no está en discusión la necesidad imperiosa de conservar los recursos para garantizar la sostenibilidad del progreso.

Sin embargo, en la búsqueda de alternativas que mantengan las exigencias de confort y modernidad que nuestra vida exige, seguimos dando respuestas a una demanda de crecimiento indefinido con recursos naturales finitos.

Ser conscientes de esta realidad, nos obliga a aplicar los cambios necesarios para sustentar un nuevo modelo que obedezca a las necesidades ambientales y sociales actuales y no del pasado siglo XX

ACTIVIDADES Y PROYECTOS - PANAMA SOSTENIBLE










viernes, 18 de marzo de 2011

APOSTAR A LA MINERÍA METÁLICA EN PANAMÁ ES UN ERROR

Viendo el escenario de lo que ocurre hoy en Japón, luego del gran terremoto, posterior tsunami y una amenaza nuclear en ciernes, contemplo casi con impávida impotencia la fragilidad humana ante la fuerza de la naturaleza.  Aún más, como uno de los países con mayor disciplina en normas y preparado desde siempre a vivir bajo la amenaza sismica, como constante, perder en un instante sus seguridades en el "dominio de la tecnología sobre la naturaleza".

Ningún país del mundo está exento de enfrentar los fenómenos naturales tal como los enfrentamos hoy.  Para muestra de ello, lo que vemos en Japón; sin embargo, a lo que si estamos llamados todos es a tomar medidas que nos lleven minimizar los impactos de estos fenómenos y a no agravarlos con modelos de industrias y actividades, que por garantizarnos comodidades temporales, amenazan nuestra vida y sostenibilidad a largo plazo.

Ese es el caso de las plantas nucleares, consideradas por muchos fuentes de energía limpia, pero a qué costo? Japón con todas las medidas de seguridad asumidas y puestas en práctica con la disciplina oriental, tiene no solo a su población sino al mundo entero en vilo.  Lo que demuestra que hoy, ante los fenómenos ambientales, se exige que la población mundial busque menos comodidad temporal y un modelo de desarrollo más apto con nuestra vulnerabilidad ambiental.

Es el caso de Panamá, que sin necesitarlo, lo estamos sometiendo a un riesgo que su población no ha requerido para generar riquezas -mal distribuidas- pero ciertas; fruto de su economía de servicios y de producción de la tierra, a una de explotación minera metálica industrial, con uso de tóxicos y sustancias contaminantes.  Cuanto sirve la pobreza para escudar una de las industrias más contaminantes y justificar así la poca renta que deja al Estado, versus la inversión en recursos naturales que aporta el país y las grandes ganancias que se llevan los gestores de la operación.

Drenaje Ácido en Coclesito, Distrito de Donoso, Colón, República de Panamá

Área de Coclesito en Distrito de Donoso, donde opera Mina Petaquilla

No existe un plan de desarrollo, solo las "buenas intenciones" de las mineras. No existe una evaluación económica de costo- beneficio de la actividad, considerando la inversión ambiental que hace Panamá, solo un incremento de tarifas que no evidencia la verdadera ganancia que recibe el Estado si no se ha considerado el verdadero costo.  No existe una participación real de las comunidades afectadas, solo una campaña mediática que insulta la inteligencia y raciocinio de la población.  No existe justificación económica, mas que el incremento del precioso metal y el negocio redondo para las empresas, en medio de una legislación ligera y permisiva que favorece sus intereses.

Hoy se deroga la Ley que modificó el antiguo código minero panameño, pero no basta!  8 de cada 10 panameños exige que no exista minería metálica en Panamá, las autoridades se ciegan a este clamor y lo arrinconan como tema exclusivamente indígena.  Han tratado de resolver mediáticamente un problema que tiene fuertes connotaciones de salud pública, social, económico y ambiental.  Se necesita una moratoria nacional, para ir de fondo al tema que no exige prisa ni inmediateces, al menos que sean otras las presiones.

Panamá se merece un futuro más acorde con su riqueza natural y no con los intereses de pocos sobre las pérdidas de muchos.  Las propuestas están en la mesa.. ¿Quien quiere sentarse a discutirlas?